A don Antonio Machado
De niño navegué en su proa
bajando acantilados
subiendo olas brumosas
y mis pensamientos
ricos reservorios salitrosos.
Ahora que solo observo
el perfil de los veleros
el mar se rinde a mi visión.
Mañana porque no quiero hoy
miraré las velas que me dicen
súbete al mástil y divisa
que la tarde se hunde en alta mar.
Mas yo temeroso
no volveré jamás.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario