sábado, 5 de junio de 2010

LA CIUDAD Y YO

I
Al caminar sobre la tolvanera
la vida se siente acezante.
Se mira a todos lados
y el progreso golpea
como el día calienta.
Por las calles ni siquiera
se abre un paraguas de sombra.
El placer de salir y mirar nubarrones
que presagian una tarde añil,
me dice que ahora somos dos:
La ciudad y yo.

II
El jardín es toda una ecuación:
el verde y lo humoso
la luz y la opacidad
la larva y la podadora
el pájaro y el trueno.
Sin el pájaro no hay gravedad
sin el silencio no hay descanso.
La ciudad en mí como la larva
que horada su refugio
Como el presagio de no hallar nada.
III
To se encuentra en estos mástiles humosos:
anclados en tierra
congelados de itinerarios
duermevela del vigía.
Yo,
Al borde de un andén
A la espera de una voz
Aunque en su mutismo
Me regale un abrazo.La luna de los enamorados
Como la fina curvatura
De unos labios de espadas.

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