domingo, 6 de junio de 2010

A MARÍA MERCEDES CARRANZA ( 1945-2003 )

En tu habitación
no tengas miedo de tu miedo
llévalo escondido como siempre
cuando quieras interprétalo como un ensayo
de Borges o de Montaigne da lo mismo
y verás
que cambia de posición
Después podrás mirarte en el espejo
Arréglate lo mejor que puedas
el rubor que no falte
ni la pestañina
Así tus ojos
marcarán el día
de tu partida
Y nunca más
sentirás miedo.

A EMILY DICKINSON

La ruana verde
cubre el árbol en otoño
ya no protege su epidermis
sino el derrumbe de sus hojas.

El paisaje hoy
no tiene luz
no tiene mar
en el alma
se apagan las olas.

Hacer una pradera
no requiere
ni de trébol
ni de abejas
sólo de unas
grandes manos
que despiertan
cualquier sueño.

EVOCACIÓN

A don Antonio Machado

De niño navegué en su proa
bajando acantilados
subiendo olas brumosas
y mis pensamientos
ricos reservorios salitrosos.
Ahora que solo observo
el perfil de los veleros
el mar se rinde a mi visión.
Mañana porque no quiero hoy
miraré las velas que me dicen
súbete al mástil y divisa
que la tarde se hunde en alta mar.
Mas yo temeroso
no volveré jamás.

ESPEJO CIEGO

A George Tralk

La oportunidad
esta mañana
es para tí.
Sal a esta hora
en que los pájaros
fincan ejercicios.
Y busca amor frente
al estanco helado.
Acuérdate, que ahora
ya no sudas, Elis,
irrádiate como un sol.
Camina y reencuéntrate
alrededor de tus ojos lóbregos,
igual a los párpados que te persiguen
y amárrate a sus brazos,
haciendo un nudo mayor
que tu desgracia.

A ALVARO MUTIS

Irse de este mundo
dejando tanta desesperanza.
A. Mutis


Como el ave que abandona su calor
como la brisa que ya no tiembla
abandonar este mundo sin reticencia
- principio y fin -
como la nada.
Solidez y oquedad
en el pensamiento
el recuerdo
de seres incrédulos
que fueron felices
en el crepitar de los días
Pero hoy cero
la incertidumbre
del misterio
Que nada nos resuelve.

OTRO ADENTRO

En el recinto de la democracia,
con el verbo airoso, aquel dice defender la vida,
la honra y los bienes de los desplazados
que deambulan por la amada patria.
Solo le falta herirse la garganta
para demostrar su afecto y compasión.
Se compunge y lagrimea,
lagrimea y llora convincentemente.
Todos acuden a su poder, lo alaban y lo protegen.

Más cuando retorna a la intimidad,
se afloja la corbata, se sirve un whisky y marca al celular:
dicta nombres y apellidos,
direcciones y teléfonos.
Habla de fincas, caseríos y corregimientos.
Inspecciones de policía, inteligencia militar.
Descuelga el digital
y hace cuentas, porque sabe numerar
y todo lo sabe.

Al otro día, le llegan las noticias:
Ya han sido corridas las alambradas,
se pueden romper las hipotecas,
y escriturar lo que hace falta,
le dicen los estafetas.

Mientras el río baja con las piedras manchadas
y un rumor crece de agitados gemidos
que opacan el sol de la mañana.

sábado, 5 de junio de 2010

CLAVADO EN TIERRA

Sobre la cabeza un gorro
a la manera mulsulmana.
Torso descubierto
Falda de cuentas de collar,
ajustada a la cintura.
Manta de algodón
para cubrir el cuerpo
y zapatos sin ataduras.La luna de los enamorados
Como la fina curvatura
De unos labios de espadas.

y no más nombres impuestos.
Ahora:
Akelela Amú, Mongi Conga,
Seleria Ocoró, Baloy Amín,
Binda Bulu, Nicha Mairongo,
Mina Balanta, Amolia Momu,
Durfay Alomía, Narcila Popó,
Y así sucesivamente...

NOMBRES

Quise llamarte Flor
pero la flores
son tan vistosas
que no quise llamarte así.

Pensé en lucero,
pero aún estás muy cerca.

Chanzará,
y recordé que sus aguas
son muy turbias todavía.

Pomarrosa,
quise en principio para tí,
pero no te viene bien pomarrosa.

Creí en Satinga,
y me pareció
que está bien para una gatita.

Recordé a Sande,
Tangare,
Chonta,
Sanquianga...

He agotado todos los nombre
para llamarte
y ninguno ha llenado
mis oídos.

Saija,
¿ Te gusta Saija?La luna de los enamorados
Como la fina curvatura
De unos labios de espadas.

LA CIUDAD Y YO

I
Al caminar sobre la tolvanera
la vida se siente acezante.
Se mira a todos lados
y el progreso golpea
como el día calienta.
Por las calles ni siquiera
se abre un paraguas de sombra.
El placer de salir y mirar nubarrones
que presagian una tarde añil,
me dice que ahora somos dos:
La ciudad y yo.

II
El jardín es toda una ecuación:
el verde y lo humoso
la luz y la opacidad
la larva y la podadora
el pájaro y el trueno.
Sin el pájaro no hay gravedad
sin el silencio no hay descanso.
La ciudad en mí como la larva
que horada su refugio
Como el presagio de no hallar nada.
III
To se encuentra en estos mástiles humosos:
anclados en tierra
congelados de itinerarios
duermevela del vigía.
Yo,
Al borde de un andén
A la espera de una voz
Aunque en su mutismo
Me regale un abrazo.La luna de los enamorados
Como la fina curvatura
De unos labios de espadas.

jueves, 13 de mayo de 2010

INSTANTÁNEAS

Para iniciarte te conjugo en presente.
Al perder la memoria, se recobra la locura.
Tus manos, adjetivan mis sentidos.
Mi entretenimiento, es despeinarte.
Ante cualquier pacto, la palabra primero.
Sin soledad, es mejor, no empezar nada.
Al ausentarte, a pedazos se reconstruye todo.
La amistad, aquella réplica que se conserva.
El vacío, aro que nos envuelve en su eco.
Al apretar, crece el sonrojo.
Besar y mantener el deseo húmedo.
La mujer negra me rescata de tanta luz.
Son las cruces las que me recuerdan los árboles caídos.
Quisiera llenar tus archivos con toda mi poesía.
Tu nombre lo he escrito con el alfabeto morse: con punto y raya.
No hay proceso más K, que tu indecisión.

INSTANTÁNEASPara iniciarte te conjugo en presente.

RELACIONES

Ni la literatura ha podido ayudarme
cuando he llamado a la amistad
para que conjure mi torpeza habitual
y pueda relacionarme con los otros.

Es como toda carga pesada que ancla la idea
y aprieta fuerte la lengua.
Entonces mi lenguaje no crea, solamente
escupe espuma para rumiar su silencio.

No es la timidez la única compañía
también se encabalga la duda,
que se abre paso ante la escritura
inclinándose a los pies de los poetas.
TU BOCA CON HIELO

En mis viajes por todos los mares
conocí de puertos y bebí de vinos.

Conocí el puerto de Cona Kry en Nueva Guinea
y bebí el vino de la fruta más insípida.
Atraqué en el malecón de Brazzaville
sobre el río Congo,
y me dieron a beber del fruto
que sólo madura un instante.

En la bahía del puerto de Shangai,
lúdico, tomé el licor
de las raíces chinas,
y en los muelles interminables de Calcuta
probé todos los licores de las uvas marinas
y dormí tres días en Amberes,
y sorbí de un solo trago
la esencia de la última rama.

Me embriagué en los puertos
de Famagusta, Larnaca y Limasol
y en poco tiempo recorrí
Monrovia y Mozambique.

Pero en el único Puerto
que detuve mi tiempo
fue en el Pacífico Perla,
donde, surto en bahía,
probé tu boca con hielo
que almibarada de ron,
ha eternizado mis sueños.
AL PUERTO DEL MAR DEL SUR

Vivíamos a la orilla del mar,
donde día y noche era un solo dios
a nuestros ojos,
clavados en un espacio infinito
para que pudiéramos mirar los astros
que apuntaban a oriente, allí,
donde nace el universo.


Otras veces, el sol buceaba en el mar
para aparecer frente a la llanura de Curay,
iluminando los platanales.


Pero era la música que escuchábamos,
de notas largas, agudas,
graves y cortas,
que buscaban el final armónico
como la de la propia lira,
creaba atmósferas de infinito placer.


Y el mar, escarbando debajo de las casas,
queriendo treparse a las habitaciones
para seguir navegando en sueños...
LLAMAS

Desde un rincón observa las primeras llamas
que crecen con el soplo del viento
en medio de unas líneas como rostros,
son las pinceladas que forman las huellas
en las caras que fueron de otras vidas.

La lujuria es una, que pide a gritos
el vicio de la carne, sin importarle
el abrasamiento que la invade.

Oh! Suerte del impenitente bebedor,
que no perdona liquido servido
para apagar una sed de principios.

Quizás, ese es otro rostro, el del sibarita,
que ahora ve calcinar su sensualidad,
en medio de un rubor ascendente.

Palpable las líneas marcadas en la frente
de la gula, que no tiene control de su apetito,
para hincharse de siesta sempiterna.

Aparece y desaparece el perfil del perezoso,
ahincado en un largo bostezo siniestro.

Parpadeante la figura del adúltero,
en su violación de la fe conyugal.

Ah! Hedonistas! Dioses tributarios
hacia una mar incendiada.





LLAMAS

Desde un rincón observa las primeras llamas
que crecen con el soplo del viento
en medio de unas líneas como rostros,
son las pinceladas que forman las huellas
en las caras que fueron de otras vidas.

La lujuria es una, que pide a gritos
el vicio de la carne, sin importarle
el abrasamiento que la invade.

Oh! Suerte del impenitente bebedor,
que no perdona liquido servido
para apagar una sed de principios.

Quizás, ese es otro rostro, el del sibarita,
que ahora ve calcinar su sensualidad,
en medio de un rubor ascendente.

Palpable las líneas marcadas en la frente
de la gula, que no tiene control de su apetito,
para hincharse de siesta sempiterna.

Aparece y desaparece el perfil del perezoso,
ahincado en un largo bostezo siniestro.

Parpadeante la figura del adúltero,
en su violación de la fe conyugal.

Ah! Hedonistas! Dioses tributarios
hacia una mar incendiada.
MADRE TIERRA

Madre tierra que fuiste
la que prodigabas vida
Ya no eres
la de los siglos del futuro.

Eres una tierra cultivada
de surcos pisados por tractores
y tubos giratorios que te lavan.

Madre tierra protectora
la que albergaba colores
ya no eres
la de la flora tropical del universo.

Eres tierra enajenada
de cuadrículas mal trazadas
y de semillas transgénicas invadida.

Madre tierra de la selva
la que hacía trinar a las volandas
ya no eres
la de la fauna de gargantas roncas.

Eres tierra dominada
de punzantes jirones custodiada
ya no eres
la madre que paría vidas.